El domingo que acaba de pasar fui a sembrar arboles a un lugar precioso y horrible a la vez.
Era precioso, porque tenia un hermoso paisaje y un clima facinante, pero era horrible por que en el área donde tuvimos que sembrar casi era el barranco, y llevar cargando cuarenta arbolitos bajo el sol ardiente y en una bajada resbaladiza y super empinada como que le quitaba la mitad del encanto.
Bueno, cuando empecé a dejar de ser acumuladora, saqué de mi casa bolsas y mas bolsas de objetos inútiles. Entre ellos la ropa que ya no me gustaba o casi nunca usaba.
Pues resulta que ese domingo busque y re busque un pantalón viejo que ponerme y no encontré ninguno. Toda la ropa que hay en mi ropero es la que me gusta y no pensaba llevarme ninguno de esos pantalones a arruinar entre la tierra mientras sembraba arbolitos.
Al final lo único que encontré fue un enorme pantalón que aun conservo de mis "antiguos pantalones" y que mencioné en mi otro blog (ver acá)
Así que iba yo, con una mano casi arrastrando el costal con los 40 arboles y con la otra sosteniendome el pantalón por que por boba no me puse un cincho. Que falta de sentido común.
La cosa es que, tuve un montón de ropa que "algún día me serviría" para esos fines y no me sirvió durante muuuucho tiempo, y justo cuando ya no la tengo, entonces si me sirve. Que locura.
Pero de cualquier forma me siento mas a gusto sin ese montón de cosas sin sentido ocupando un espacio en mi casa y en mi vida.
Ah y por cierto, ya me deshice del perro ( que es de mi hermano, pero que mis hijas trajeron a casa temporalmente, y que yo ya no soportaba) y también me deshice de uno de los dos gatitos que teníamos en casa. Mucho mejor ahora! Sin exceso de cosas, y sin exceso de animales.
Bueno, ya tengo sueño.
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